En el año 2017 me dispuse a realizar un intento de realizar un alicatado nazarí con esas formas geométricas tan perfectas, esas pequeñas piezas encajadas unas tras otras y que dan un resultado espectacular en la decoración de la Alhambra.
Si bien el dibujo empezó bien, y las primeras trazas de pintura también, poco a poco los pocos errores milimétricos que había en el lienzo, me dí cuenta que se convertian en errores de mayor calibre conforme iba intentando acabar las formas y geometrías.
Ciertamente lo considero un cuadro fallido, pero de los errores se aprende y alguna vez volveré a intentarlo no obstante aquí queda para el recuerdo.
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